ARGENTINA, BRASIL, LA RELACIÓN COMERCIAL BILATERAL Y EL MERCOSUR

Finalizando el 2019, el resultado de las elecciones presidenciales en Argentina, el primer año de gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil y el cambio de gobierno en Uruguay plantean interrogantes en el devenir del proceso de integración del Mercosur.

Durante este año ocurrieron dos hechos novedosos desde la constitución de este bloque regional: se acordó el análisis para la revisión del Arancel Externo Común AEC (con una posible reforma y reducción) y se firmó un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

Es entonces, en el mediano plazo, donde aparece el interrogante acerca del futuro del Mercosur. Brasil ha dado señales hacia una mayor apertura comercial y en avanzar en negociaciones internacionales con Estados Unidos, México, Japón y Vietnam. Posición que podría ser acompañada por Uruguay y Paraguay. Argentina, por su parte, deberá tomar posición acerca de los temas planteados:

  • Reforma y reducción general del AEC, considerando que -en su formato actual- sus alícuotas son elevadas en la comparación regional y con respecto a países desarrollados, como también por la existencia de un nivel de escalonamiento alto en insumos y bienes intermedios. La evaluación del AEC requiere considerar no solo el nivel sino también la protección efectiva. Si se decidiera avanzar en una reforma sin el consenso de todos los miembros del Mercosur, Argentina podría plantear la necesidad de un período de transición con aranceles externos diferentes y cláusulas de protección y de revisión de las normas de origen frente a los desequilibrios en la relación bilateral. Estos desequilibrios pueden provenir de la pérdida del acceso preferencial como a la pérdida de competitividad producida por el menor costo de los insumos importados de extrazona a causa de la reducción del AEC.
  • Ratificación parlamentaria del Acuerdo Mercosur-UE, relevante por su impacto en el comercio y las inversiones, y como una vía para avanzar con otros acuerdos (por ej. EFTA) y negociaciones (Japón, Australia, India y Sudáfrica) así como un primer avance en la flexibilización del AEC.
  • Flexibilización del Mercosur. Si se modificara el proceso de integración y se decidiera como objetivo que el Mercosur se transforme en una Zona de Libre Comercio, se reducirían los compromisos asumidos en términos de acceso a los mercados regionales, barreras y restricciones. Cabe notar que tanto para Argentina como para Brasil el vínculo bilateral es estratégico.
  • Negociaciones externas del Mercosur. Si en cambio Brasil decidiera avanzar en forma unilateral en negociaciones externas, dejaría a la Argentina en una posición endeble. Por ello, Argentina debería acompañar las iniciativas de negociar, entre otros socios clave, con la Alianza del Pacífico para profundizar el comercio preferencial, avanzar en la facilitación de comercio y en la negociación de servicios y barreras no arancelarias. Deberían analizarse también eventuales negociaciones con Estados Unidos y China.

En síntesis, es relevante cuidar el comercio bilateral con Brasil pero al mismo tiempo Argentina debería negociar transitoriamente cláusulas precautorias hasta tanto se adecúe el AEC en todos los países miembros. En simultáneo, Argentina debería acompañar la posición de una fuerte política de negociaciones comerciales con la mayor cantidad posible de países.

Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA)

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