OMS/G. Soupe
Testing for COVID-19 at the Jawaharlal Nehru Hospital. Samples are sent to the Candos Virology Lab in Quatre Bornes and results are received in around 2 days.
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COVID-19: Un año después - Mensaje de Año Nuevo del Director General de la OMS

30 de diciembre de 2020
Declaración
Ginebra

En el momento en que se celebraba la Nochevieja en todo el mundo hace 12 meses, surgía una nueva amenaza mundial.

Desde ese momento, la pandemia de COVID-19 se ha cobrado muchísimas vidas y provocado enormes perturbaciones en las familias, sociedades y economías de todo el mundo.

Pero también ha desencadenado la respuesta más rápida y de mayor alcance a una emergencia sanitaria mundial en la historia de la humanidad.

Las señas de identidad de esta respuesta han sido una movilización sin parangón de la ciencia, la búsqueda de soluciones y el compromiso con la solidaridad mundial.

Actos de generosidad, grandes y pequeños,  hospitales equipados con las herramientas que los trabajadores de la salud necesitaban para protegerse y atender a sus pacientes.

Las efusivas muestras de bondad han ayudado a las personas más vulnerables de la sociedad en estos tiempos revueltos.

Se han desarrollado y distribuido vacunas, tratamientos y medios diagnósticos, a velocidad récord, gracias a iniciativas de colaboración como el Acelerador del acceso a las herramientas contra la  COVID-19.

La clave del Acelerador ACT es la equidad, y también COVAX, su rama de vacunas, que ha garantizado el acceso a 2000 millones de dosis de vacunas candidatas prometedoras.

Las vacunas ofrecen grandes esperanzas para cambiar el rumbo de la pandemia.

Ahora bien, para proteger el mundo, debemos asegurarnos de que todas las personas en riesgo, en todas partes –no solo en los países que pueden pagar las vacunas– están inmunizadas.

Para ello, COVAX necesita urgentemente algo más de 4000 millones de dólares de los Estados Unidos para comprar vacunas destinadas a los países de ingresos bajos y medianos bajos.

Este es el desafío al que debemos enfrentarnos en el nuevo año.

Hermanas y hermanos míos, los acontecimientos de 2020 nos han enseñado lecciones reveladoras y constituyen un recordatorio que todos debemos llevar a 2021.

En primer lugar y ante todo, 2020 ha demostrado que los gobiernos deben aumentar la inversión en salud pública, desde financiar el acceso a las vacunas contra la COVID para todas las personas, hasta hacer que nuestros sistemas estén mejor preparados para prevenir y responder a la siguiente pandemia, que será inevitable.

En el centro de esto están las inversiones en la cobertura sanitaria universal a fin de que la salud para todos sea una realidad.  

En segundo lugar, ya que llevará tiempo vacunar a todas las personas contra la COVID, debemos seguir observando las medidas probadas y acreditadas que pueden protegernos a todos y cada uno de nosotros.

Ello significa mantener la distancia física, ponerse mascarillas, practicar la higiene de manos y respiratoria, evitar los lugares concurridos cerrados y reunirse con otras personas en espacios exteriores.

Estas medidas simples pero eficaces permitirán salvar vidas y reducir el sufrimiento que tantas personas experimentaron en 2020.

En tercer lugar, y sobre todo, debemos comprometernos a colaborar en solidaridad, como comunidad mundial, para promover y proteger la salud tanto en el presente como en el futuro.

Hemos constatado que las divisiones políticas y en las comunidades alimentan el virus y fomentan la crisis.

Pero la colaboración y las alianzas salvan vidas y salvaguardan a las sociedades.

En 2020, una crisis sanitaria de proporciones históricas nos mostró lo estrechamente conectados que estamos.

Hemos constatado que los actos de bondad y de atención ayudaron a nuestros vecinos en momentos de grandes dificultades.

Pero también fuimos testigos de cómo la mala voluntad y la información errónea causaron daños que podían haberse evitado.

Ya casi en 2021, tenemos que tomar una decisión simple, pero de gran calado:

¿Desoímos las lecciones de 2020 y permitimos que prevalezcan los enfoques insulares y partidistas, las teorías conspirativas y los ataques a la ciencia, lo que da lugar a sufrimientos innecesarios para la salud de las personas y para la sociedad en general?

¿O recorremos juntos los últimos tramos de esta crisis, ayudándonos mutuamente por el camino, desde compartir las vacunas de manera justa, hasta ofrecer consejos exactos, compasión y cuidados a todas las personas que los necesiten, como una familia que se extiende por todo el mundo?

La decisión es fácil.

Hay luz al final del túnel, y llegaremos allí siguiendo el camino juntos.

La OMS está con ustedes: Somos una familia y estamos en esto juntos.

Les deseo a ustedes y a sus seres queridos un año nuevo lleno de paz y seguro y saludable.

 

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